Más de 100 años de historia tiene el verdadero sabor a chocolate de León. Fue en 1916 cuando tras un viaje a Argentina el abuelo de los actuales dueños regresaba a San Justo de la Vega con su joven mujer cuando tomó la decisión de comenzar una nueva vida. La industria chocolatera en la zona de Astorga y alrededores tenían gran fama, pero estaba saturada. El destino quiso que compartiese viaje con un hombre que le habló de las posibilidades de los molinos y la zona de Castrocontrigo, donde finalmente tomó la decisión de ubicarse en 1916.
También fue cosa del destino el nombre de la nueva fábrica de chocolates, ya que el abuelo David compartió tren con los restos del General Santocildes que acabó dando nombre a los chocolates más puros de la provincia.
La pequeña empresa salió adelante gracias al pensamiento tan adelantado, para su época, del abuelo David y hoy la familia sigue trabajando con la misma ilusión y tradición para llevar a los paladares los mejores chocolates y cacaos de León.
Una empresa centenaria y que ya cuenta con cinco generaciones dedicándose al mundo del cacao con el mismo cuidado y sacrificio que el abuelo David fue transmitiendo a su hija y nietos.
Santocildes cuenta con cacao criollo, uno de los más finos del mercado, traído desde Venezuela. Una empresa que ha sabido adaptarse a la innovación del mercado sin perder la tradición y los procesos manuales que revisan una a una las tabletas de chocolate que salen a la venta. El tostado del cacao se sigue haciendo en un bombo de leña, lo que le da un toque especial que posteriormente se nota en el sabor de cada uno de sus productos.
Me Encanta y es muy bueno.